Una de las cosa que más me dicen en las sesiones de familias es eso de la naturalidad. Resulta que ahora, “del sexo hay que hablar con naturalidad, es algo natural del cuerpo, lo hacemos todos…”. Y eso muchas veces se vive como una imposición, sobre todo para las familias.
Como si en el contexto de la familia y la pa/maternidad no hubiese ya suficiente exigencia propia y ajena, que encima tenemos que añadir una más: la naturalidad y la sexualidad. Tenemos que hablar, y no de cualquier manera, con conocimiento de causa y con naturalidad. Porque es algo natural. ¿O no?
Pues es que el sexo es de todo menos natural, aunque nos hayan hecho creer que sí. Cuando decimos que tenemos que hablar de sexo con naturalidad nos solemos referir a que no debe ser tabú, que es parte de la vida. Pero el sexo no es natural, es cultural, es biográfico, es algo actual, de los últimos años.
El sexo no es “natural”, es íntimo, es propio. No es algo de lo que hablemos todo el día ni todos los días, sino que tiene que ver con al propia intimidad, con lo que somos, lo que nos gusta y lo que decidimos compartir a los demás. Con nuestras experiencias y nuestros deseos, propios.
A todos nos gustaría ser naturales al hablar de su sexualidad, pero resulta que la sexualidad, el sexo, la sexuación… tienen que ver con muchas cosas. Con lo que nos gusta, con lo que hacemos, con nuestro disfrute, con nuestras experiencias… Y hablar de eso con otras personas no tiene por qué ser natural. Naturalidad e intimidad no tienen que ir de la mano.
Quizá eres la persona más natural del mundo y poco vergonzosa al hablar de esto con tus amigas, como si de sexo en nueva york se tratase. Pero, al hablar de esto en otro contexto, como con tus hijos, pues… igual no te hace tanta gracia. No sabes como hacerlo, cómo les va a afectar, qué quieren saber… y, en definitiva, te preocupa.
Ahí, la naturalidad no siempre sale. Porque como son niños, que no tontos, se dan cuenta de que mamá está explicándonos esto “porque tiene que ser natural con el tema”, pero no le hace gracia y está tensa. Y se quedarán con lo último.
La naturalidad no puede ser una obligación, tiene que ser algo que salga. Y si no sale, mejor no forzarla.
Hasta la próxima!
~Natalia
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