Hace un tiempo que no me paso por aquí para reflexionar con vosotras, pero prometo que ha sido por un muy buen motivo: cambios, aumento de volumen de trabajo y equipo… vamos, todo cositas positivas aunque con bastante estrés.
Pero hoy no estoy aquí para hablar de mi, sino para hablar de sexología.
Algo que me encuentro muchas veces en consulta son los malentendidos. Malentendidos porque no sabemos cómo hablar las cosas, malentendidos porque quería decir una cosa y el otro entendió otra, malentendidos porque penseque y entonces creique… malentendidos todos, al fin y al cabo. Pero hay un malentendido que seguimos cometiendo por mucho que lo trabajemos y es el creer que las etiquetas y las palabras nos dicen algo por sí mismas.
Me explico: hablamos de pareja, cuando hablamos de relación sexual, cuando hablamos de limites…y todo esto suena bien, ¿verdad? Pero ¿qué quieren decir esas palabras en realidad? Si no desgranamos lo que significan esas palabras para cada persona, no llegamos a ninguna conclusión ni a ningún lado que sea útil. Y eso lleva a muchos malentendidos.
Pongamos un ejemplo, que así se entiende todo mejor.
Para mí el término pareja puede significar alguien con quien pasar los fines de semana y con quien no quiero convivir ni tener exclusividad en nuestros encuentros eróticos,… mientras que para otra persona significa convivencia, matrimonio y exclusividad monogámica clásica.
Son dos ideas muy distintas de pareja, pero ambas son parejas. Y si lo único que decimos es pareja, no nos dice nada, porque no nos habla en concreto. Nos dice algo las cosas que hay debajo de esa etiqueta, lo que aparece cuando abrimos el tarro y rascamos un poco el bote.
Las palabras y las etiquetas son necesarias, porque delimitan una realidad, pero esa realidad sigue siendo genérica. En ambos ejemplos, estoy hablando de parejas, pero con unas internas u otras. Por eso hay que hablar de esas cosas.
Con las relaciones sexuales ocurre lo mismo. Para mí una relación sexual tiene unos ingredientes y para ti otros. Y sin esos ingredientes, ya no lo considero relación sexual.
Por eso, en la consulta, tengo que pedir muchas veces especificidad, porque tú entiendes a qué te estas refiriendo cuando hablas de “pareja” o de “relación” o de “relación sexual” o de “placeres” o “gozos”… pero la persona que te escucha puede tener una idea completamente diferente, y si no la ponemos en común y hablamos de los pormenores de lo que significa esa etiqueta para mi y para ti, no llegaremos a ningún puerto.
Los hechos son hechos, pero cómo los interpretemos y el valor que les demos dependen de la lectura que hagamos y de lo que nosotros pongamos en ellos. Las etiquetas son etiquetas, pero la idea concreta que tenga yo sobre lo que esa etiqueta representa para mí, solo lo sé yo, y si no lo explico los demás no me van a entender, sino que van a presuponer en base a su idea de lo que supone esa etiqueta.
Por eso, la comunicación es importantísima cuando hablamos de pareja, de sexualidad y de placer. Por eso, tenemos que hablar más, pero de manera efectiva. Para que nos entendamos y queramos mejor.
~Natalia
“Desarrollad vuestra legítima rareza”. René Chart.
¿En qué te puedo ayudar?
Cuando yo tengo una idea y tú tienes otra diferente, puede que se nos haga dificil llegar a entendernos y acabe generando problemas.
Algunas de las cosas que se pueden trabajar son las dificultades sexuales, problemas con la comunicación o la confianza, el deseo, preocupaciones entorno a la pareja en general, rutinas y conflictos… Es algo muy, pero que muy común aunque en la sociedad se hable poco de ello.
Si crees que puedo ayudarte en consulta o para resolver alguna duda, solo tienes que ponerte en contacto conmigo o pide cita haciendo click aquí 💕