Cuando hablamos de amor en los últimos cursos de primaria, hay unas cuantas cosas que salen en el 99% (por no decir el 100) de las clases son los “gestos románticos”. Flores, bombones, chocolates, viajes, parís, San Valentín, joyas… Una especie de catálogo del que ya hablamos en las newsletter anteriores.
Si nos damos cuenta, todos estos regalos son típicamente femeninos. Regalos que en películas, libros, series y cultura en general, los hombres regalan a las mujeres.
Sí, la representación LGTB ya tal… los estereotipos es lo que tienen.
Pocas veces, cuando preguntas por qué o a quien dirían que van dirigidos esos regalos, dicen que a los hombres. A pesar de que estadísticamente las mujeres solemos ser más detallistas, la imagen que tienen suele ser de hombres haciendo regalos a mujeres.
Tampoco saben articularme bien por qué esos regalos están relacionados con el amor. Suele haber alguien que cuestione que los regalos son materialistas o los regalos no compran amor, aunque no en todas las clases.
Pero aquí viene mi segunda reflexión de hoy: expresar lo que sentimos no es solamente usar palabras, sino todos esos gestos de los que llevamos hablando unas semanas.
Los regalos, los detalles… forman parte de esos lenguajes del amor. De la manera que tenemos de expresarnos, son gestos simbólicos y no siempre tienen que ser materiales. Siempre les digo a las criaturas que el mejor regalo es el tiempo, ya sea el tiempo que pasas con la persona que quieres o el tiempo que dedicas a escoger algo que le pueda gustar o hacer ilusión, por detalle tonto que sea.
Dedicar tiempo es un arte. No vale cualquier cosa. No vale con coger cualquier regalo del catálogo social. Hay que pensar en el otro y qué va a querer esa persona, qué le va a gustar, sus preferencias, qué le va a resultar útil o hacer ilusión.
Como les pregunto en las clases, si no me gustasen las flores, ¿me las regalaríais igual solo porque es lo que hay que regalar? ¿O investigarías mas? ¿Y si vienes con unos bombones con tu mejor intención y resulta que soy alérgica al chocolate? Si me gustan los cactus más que las rosas, ¿me regalarías rosas porque es lo que toca, o cactus?
Y, como colofón final… no existe el lenguaje del amor si no existe la comunicación. Si no sabemos qué quiere el otro, qué necesita o si no podemos expresar lo que necesitamos. Si no somos capaces de decirle al otro sin pretender que lo adivine, porque no tenemos bolas de cristal.
Dentro de los lenguajes del amor, a mi me gusta incluir también los amores propios. Y no hay mayor expresión de amor propio que hablar de limites y hacerlos valer. Pero eso, la semana que viene.
~Natalia
“Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo”. Jorge Luis Borges, escritor argentino.
¿Crees que necesitas mi ayuda?
Hay veces que todas estas cosas relacionadas con la pareja y/o la sexualidad pueden hacerse cuesta arriba. Mucho, lo sé. Pero nunca es tarde para pedir ayuda si crees que algo se puede mejorar.
Algunas de las cosas que se pueden trabajar son las dificultades sexuales, problemas con la comunicación o la confianza, el deseo, preocupaciones entorno a la pareja en general, rutinas y conflictos… Es algo muy, pero que muy común aunque en la sociedad se hable poco de ello.
Si crees que puedo ayudarte en consulta o para resolver alguna duda, solo tienes que ponerte en contacto conmigo o pide cita haciendo click aquí 💕
La recomendación veraniega
El verano ya llegó, ya está aquí y ya nos hace estar a todos bastante acalorados. Así que ¿qué mejor cancion que una que hable del tema que nos ocupa y con todas las vibes de estar de roadtrip camino a la playa con toda la solana en un descapotable? No se me ocurre otra mejor.